martes, 8 de mayo de 2012

Cuerpo a tierra

Bahía Blanca, 9 de mayo de 2012.

Te cuento
que cuando no estás
está ese alud gris
diferente al gris de tu remera.

Te cuento también
que sin tu voz
la vida se rueda en blanco y negro,
muda
y sin ningún Chaplin.

Te confieso
al oído
(con voz de dormido)
que en tu piel
puedo construir
la mejor cabaña
para ahuyentar el frío.


Los vestigios de tu delineador
en mis cachetes;
el fernet celoso,
la noche de mayo
feliz.

Y supuestamente
por unos instantes
la luna
de esa noche
creció.

Pero si me preguntan,
no lo sé:
preferí mirarte
y mirarte.





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