miércoles, 18 de abril de 2012

En la guantera

Bahía Blanca, 18 de abril de 2012.

El viejo
ahora niño
es nuez
de ningún nogal
y de ninguna rata.

Juega al fútbol
con amigos invisibles
lejos del tiempo
en otro espacio
preso de una sudestada
dura
de la imaginación.

La pelota pica
pero no dice nada,
corre tras el alba
con la furia del perro
que sueña con emboscar
las ruedas de los coches.

La niña
siempre niña
se adueña de la pelota
a rubias carcajadas. 

Y en un tintineo
ocre
de distracción
(quizás
un ronquido),
se ha ido
y con ella
todo lo demás:
la pelota
la sudestada
su alegría.

Sólo el viejo se quedó
más viejo que nunca
a un costado
de la vida,
a centímetros
de sí mismo,
a un montón de años luz
de la realidad.

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