miércoles, 13 de julio de 2011

Antares

Cuánto de esto
encuadra
en el réquiem blusero
que entona mi amigo
(ése, el del sombrero).

Ya no me cabe la gaseosa light,
ni la burla que a medianoche
despega
en pelotas
(con tu cara)
para marcar territorio.

La tempestad trafica
la décimo quinta aguja,
indiscreta ella.
Y no te avivaste
(no te quisiste avivar).

Todas las aves de fuego
se chamuscaron.

La aguja escarlata
que mata
asoma
pícara.

Ahí viene.

Que venga nomás.

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