Bahía Blanca, 26 de octubre de 2011.
El fósforo
del kiwi
te va a traer
una flor
pixelada
que se rindió
sin marchitarse
meses
atrás.
La cordura
la perdió
un bonobón,
cuando marchó
con aires
de espartano
a la guerra
entre tus dientes
y tus labios.
Y la poesía
se hamaca
en cada montaña
rusa
que adhiere
a la causa
de mi adicción
a la pelota
al papel picado
y a la tarantela
indescifrable
de tu corazón.
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